El obispo de La Altagracia reclama el Estado supervise la seguridad en las empresas para evitar otras tragedias como la de San Cristóbal

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Por: Francisco González

SANTO DOMINGO.- Lo que ninguna autoridad del Estado Dominicano hace es reclamado ahora, tras la gran tragedia de San Cristóbal: supervisar las condiciones de seguridad interna y externa de las estaciones de gasolina, de gas propano, y la industrias, en un país en el que hasta los pobres andan "Como chivos sin ley", y los empresarios son "Ley, batuta y Constitución".

El reclamo de seguridad industrial viene de los labios del obispo de la Diócesis de La Altagracia, monseñor Jesús Castro Marte, quien sugiere que con una vigilancia efectiva de los sistemas de seguridad en las empresas se podrían evitar desgracias como la provocada por la explosión en una fábrica de plásticos, en San Cristóbal un saldo, todavía preliminar de once víctimas mortales.

En la República Dominicana las empresas trabajan y producen incluso alimentos, sin ningún tipo de control y de supervisión del Estado, llegando los empresarios incluso a impedir la creación de sindicatos por los trabajadores, en abierta violación, y sin consecuencia, del Código de Trabajo.

“Hechos lamentables que envuelven a gasolineras, bombas de gas e industrias que procesan materiales, es necesario tomar medidas para que estos centros dejen de ser una amenaza de las personas. No solo observar la legislación, sino un proceso serio de vigilancia. Oración por S.C”, expresa Castro Marte en un mensaje colado en su cuenta de la red social, Twitter.

Este martes en la tarde seguían incendiadas cuatro áreas de la empresa incendiada, según un boletín del Centro de Operación de Emergencias (COE).

La explosión ha dejado al menos 59 heridos, algunos de ellos graves, con quemaduras en gran parte de su cuerpo unos, que quedarán con lesiones permanentes, y otros quemados y con traumas sicológicos delicados.

El siniestro ha provocado pérdidas multimillonarias, tan cuantiosas que solo el Estado podría cubrir, entre ellas la destrucción de viviendas, locales comerciales, carros, camionetas, postes y cables del tendido eléctrico y de los sistemas de cable para la televisión y la internet.

 

 

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