Por: Pablo Graciano Cruz
SANTO DOMINGO.- El Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) fue fundado tras la aprobación de la Ley 148 del 30 de junio de 1983. El objetivo de esa ley era organizar y adecentar el ejercicio profesional del periodismo y garantizar que los periodistas gozaran de seguridad social, a través del Instituto de Previsión y Protección del Periodista (IPPP).
Aunque ya desde esa época era reducido el personal que ingresaba sin haber estudiado periodismo al ejercicio de la profesión, la ley contempló que todas las personas que estuvieran ejerciendo el periodismo por más de tres años pasaban a ser miembro del CDP.
Como se puede observar, ahora ya eso no es necesario, pues casi el ciento por ciento de los empleados como periodistas ha egresado de una de las escuelas universitarias de periodismo o comunicación social.
Ese era uno de los objetivos de la ley, que el periodismo sea ejercido por profesionales, básicamente en los puestos de periodistas en periódicos, revistas, noticiarios de radio, televisión y cine, lo cual significaba y significa la profesionalización del periodismo, junto a la formación profesional.
Aunque en la práctica esto se ha verificado, no está contemplado en la ley, por lo cual cualquier empresario puede colocar en un puesto de periodista a una persona cualquiera o profesional de otra área.
Tampoco, y aunque está en la Ley 10-91, se ha cumplido con la seguridad social para periodista, por lo que decenas de periodistas, viejos y enfermos, tienen que mendigar ayudas para enfrentar su enfermedad o simplemente poder comprar los medicamentos propios de la vejez, porque el CDP no se ha preocupado por tratar de establecer, a través del IPPP, un plan que garantice la seguridad social del periodista.
Con el apoyo de instituciones gubernamentales, como el Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA), el Tribunal Constitucional y otras entidades, el CDP ha logrado impartir numerosos cursos que han ayudado a los periodistas y eso es algo bueno y que debe reforzarse.
Esos dirigentes son buenas personas y hasta buenos amigos, algunos, pero no han sabido hacer el trabajo ni entender que la alternabilidad en el ejercicio de las funciones dirigenciales o el ejercicio del poder es lo que garantiza la democracia, pero mantener el control de una institución mediante artimañas, como la venta de pensiones por votos, es un ejercicio autoritario y por tanto antidemocrático y antiético.
Muchos periodistas han sido pensionados, pero se ha hecho de manera clientelar, es decir, se han vendido pensiones del Estado a cambio de votos en las elecciones del Colegio, por eso la gran votación que alcanzan los actuales dirigentes, que los son desde hace más de 20 años, con una breve interrupción de dos años.
Muchos de esos pensionados, son personas jóvenes que están en pleno ejercicio de la profesión o estaban al momento de recibir la pensión, pero, aun así, siguen trabajando, mientras otros, que no garantizar adherirse a esa corriente dentro del CDP jamás han logrado estar en la lista de las pensiones que se somete al Poder Ejecutivo, salvo las excepciones para confirmar la regla o, en este caso, para guardar las apariencias.
Rafael Polanco es un periodista fundador del CDP, que luchó por su creación desde la década de los años 70, que conoce lo que motivó a los periodistas de la época a luchar por fundar un colegio de periodistas; que fue secretario general del CDP en el periodo 1988-1990, por lo que sabe que debe hacerse para que tengamos un colegio de periodistas como los soñaron los fundadores.
Desde siempre ha tenido la visión de que es necesario someter una modificación a la Ley 10-91 para garantizar la profesionalización del periodista; para garantizar que se cobre el porcentaje que establece la ley a la publicidad y no mendigar dádivas de los dueños de periódicos, plantas de televisión y radioemisoras.
Sabe lo que hay que hacer para que los periodistas gocen de seguridad social y que las pensiones vayan a donde quienes realmente la necesiten, a quienes no trabajan por su avanzada edad o porque están enfermos.
Sabe qué hacer para que el periodista tenga acceso a la educación continuada ya planes de maestrías, especialidades, diplomados y otros estudios que refuerzan sus conocimientos y, en consecuencia, fortalecen su ejercicio profesional, no sólo porque ejerció el periodismo en periódicos, revistas, noticiarios radio y televisión, sino que durante muchos años fue profesor de periodismo en la Universidad Católica de Santo Domingo (UCSD).
Con esas acciones se garantiza, además, que los jóvenes periodistas se acerquen al colegio, que reconozcan la necesidad de fortalecerlo, porque así se favorecen ellos también y las generaciones actuales y futuras de periodistas gozarán de mejores condiciones de trabajo, de salud y de garantía en el empleo.
Es necesario que personas que entienden que el colegio no lo representa, lo cual motiva su alejamiento, que vean ahora la posibilidad de que eso cambie ejerciendo un voto responsable a favor de la democracia, de la alternabilidad y del periodista.
Por esa razón, en las elecciones del CDP, de este 25 de agosto, exhorto a votar por Rafael Polanco y el equipo que lo acompaña.