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Por: Mariola Báez
MADRID.- La ingesta en cantidades elevadas de alcohol puede desencadenar hipertensión arterial crónica.
Pocos nutrientes y beneficios aportan las bebidas alcohólicas al organismo. El alcohol en exceso puede tener consecuencias nefastas para la salud, afectando al sistema nervioso central, dañando el hígado y aumentando el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, así como determinados tipos de cáncer.
Además de los efectos nocivos que implica un alto consumo de alcohol, hay que recordar que tomarlo habitualmente supone ingerir un número importante de calorías “vacías”, es decir, sin valor nutritivo, que solo contribuyen a aumentar la energía disponible que generalmente no gastamos y acabamos almacenando en forma de grasas acumuladas.
Por si todo esto no fuese suficiente a la hora de plantearse seguir hábitos saludables, las “copas” inciden también en un aumento de la presión arterial y tomadas a diario en cantidades importantes pueden hacer que terminemos padeciendo hipertensión arterial crónica.
Consumo de alcohol e hipertensión
Según determina la Fundación Española del Corazón, el consumo de alcohol es un factor productor de hipertensión arterial muy frecuente. Es cierto que no afecta del mismo modo a todas las personas, pero, en general, el organismo lo absorbe de manera casi inmediata y si la ingesta deja de ser moderada, la tensión puede experimentar una subida destacable y en absoluto recomendable. Por lo tanto, esta Fundación recomienda extremar el cuidado en las cantidades de alcohol que se toman a diario.
Así pues, una copa de vino al día con las comidas, o una cerveza, no tienen por qué ser perjudiciales, salvo indicación médica. Es más, algunos estudios apuntan a que un mínimo consumo de alcohol podría incluso hacer que la tensión descendiese moderadamente, pero hay que poner atención a los límites porque en lo que todos coinciden es en que beber alcohol de forma habitual y en cantidades elevadas repercute en un subida de la tensión que se produce tanto a los pocos minutos de la ingesta, como a largo plazo.
Asimismo, las personas diagnosticadas que toman algún medicamento contra la tensión alta deben poner un especial cuidado, ya que el alcohol podría alterar la acción y los resultados de los fármacos.
Por último, cabe señalar que quienes presentan dependencia del alcohol y están decididos a salir de la enfermedad del alcoholismo, necesitan ayuda médica especializada por múltiples motivos y uno de ellos es precisamente que dejar de ingerir "de golpe" las dosis de alcohol a las que estaban acostumbrados puede provocar una peligrosa subida de la tensión que debe ser debidamente controlada.
La relación entre el consumo de alcohol y la hipertensión existe y para evitar enfermedades que pueden llegar a ser graves, prescindir de él u optar por un consumo moderado es una buena decisión.