Por: Francisco González
SANTO DOMINGO.- En sus casi tres años con el control total del Estado, el Gobierno de Luis Abinader y del PRM no han sido capaces de solucionar los problemas que tienen 40 y 50 años provocando constantes y prolongados apagones en el país, ha confirmado el ministro de Energía y Minas, Antonio Almonte.
Este funcionario atribuye los cortes en el suministro eléctrico, a que no han sido cambiadas las antiguas subestaciones y los transformadores, aunque su Gobierno maneja el sistema eléctrico desde hace varios años, y conoce esos males desde que el presidente, Luis Abinader era un niño.
“Esos apagones no son por déficit de generación, por el contrario, tenemos entre 200 a 300 megavatios ociosos. Los apagones se deben al crecimiento de la demanda por la cantidad de aires acondicionados (por el calor) que han forzado el funcionamiento de transformadores y subestaciones que tienen 40 y 50 años de operación y se encuentran en muy malas condiciones, lo que genera averías”, ha explicado Antonio Almonte.
Solucionar la grave y muy antigua crisis energética nacional fue una de las grandes promesas de Abinader y el PRM durante la campaña electoral para ganar el poder.
“Cada vez que se crea una urbanización, se genera también un sistema, pero la capacidad de la subestación y de los transformadores no es infinita. Cuando esa capacidad se copa por el encendido de aires, entonces los transformadores y las redes fallan y se producen los apagones”, argumenta el ministro de Energía y Minas.
Almonte no explica porqué las autoridades energètica no se adaptan a las nuevas demandas de energía, y muestran una alta incapacidad para instalar nuevas subestaciones y transformadores, pese a que las edes cobran el deficiente servicio eléctrico, estafando muchas veces a sus clientes, a quienes facturan energía no consumida.
En el circuito que cubre el ensanche Espaillat en casi tres años de Gobierno, Edeste no ha sido capaz de solucionar el viejo problemas heredado de unos apagones constantes casi a diario, lo que daña los electrodomésticos que con tanto sacrificios logran comprar las familias pobres.