Prensa: UD
SANTO DOMINGO.- El presidente de la Unión Demócrata Cristiana –UDC-, Luis Acosta Moreta, Luis “El Gallo”, dijo hoy que las leyes son claras y determinantes, en el sentido de que no se consideran dominicanos los nacidos en el país de padres en condición de ilegales, y en estadías informales.
Rechazó de plano las intenciones de ONGS que llevan haitianos ilegales al Congreso Nacional a modo de presionar para que se les regale la nacionalidad a personas que no tienen condición legal para permanecer en nuestro territorio.
Pidió que se continúe con las deportaciones y que a todos esos ilegales se les envíe a su país, siempre respetando su condición humana, sin maltratos y facilitándoles el transporte y la alimentación durante el viaje.
Resaltó que los Estados Unidos tienen bien claro su malsano objetivo de que se entregue la nacionalidad dominicana, a ilegales que deben estar al otro lado de la frontera.
Pidió al Congreso Nacional y a la Junta Central Electoral que no se dejen chantajear por los patrocinadores de esos refugiados haitianos, y que mantengan firmes el espíritu de las leyes de que no es dominicano el nacido aquí de padres ilegales.
Añadió que en las últimas semanas han aumentado las acciones de los que buscan que se permita la migración ilegal masiva hacia territorio nacional, así como el establecimiento de campamentos de refugiados a este lado de la frontera.
Recalcó que toda acusación de que en el país hay racismo tiene que se rechazada, porque señalamientos de este tipo hechos por sectores norteamericanos, buscan una condena en los organismos internacionales.
Añadió que en la República Dominicana no se persigue a nadie por el color de su piel, pero como estado soberano tenemos todo el derecho que nos otorga la Constitución para exigir chequeo y legalidad de los que están en nuestro territorio.
Haití vive en estos momentos una grave pesadilla, que fue creada por las Naciones Unidas cuando intervino por 20 años, y no produjo cambios ni logró la institucionalización de ese país.
Por el contrario los Cascos Azules de la ONU fueron acusados de cometer barbaries, de embarazar a cientos de haitianas adolescentes, y de sentar el germen de las pandillas actuales, al proceder a desmantelar al ejército.